Sabemos que existe el botox (Toxina Botulínica), una neurotoxina que tiene, como principal característica, la capacidad de lograr rejuvenecer el rostro. Entonces, ¿Qué tiene que ver su aplicación en cabello?
La toxina botulínica tiene una triste historia que involucra ciertas prohibiciones debido al probable mal uso que se le puede dar como arma química. Sin embargo, hay servicios que limpian su nombre: tales como el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y, por supuesto, con fines estéticos.
Es en este último en el que queremos detenernos: su nombre comercial, bótox, se ha asociado por años a la parálisis facial controlada por un médico para poder disminuir las arrugas de rostro, eso sí, es un tratamiento que involucra musculatura.
Entonces ¿Qué tiene que ver en cabello?
Sucede que hay un juego de palabras de mala publicidad, ese marketing inescrupuloso y mal manejado de ciertas peluquerías en que tratan de confundir a la clienta, para que piense que, efectivamente, su masaje de hidratación capilar contiene esta famosa toxina. La verdad es que la toxina botulínica no genera cambios en la calidad del cabello.
Un masaje efecto bótox es un tratamiento que aporta un extra de nutrición, reestructuración y brillo a tu pelo, el objetivo es devolverle su salud de años atrás y reducir los daños que causan los agentes externos, las coloraciones no ecológicas y el paso del tiempo. Está compuesto por vitaminas, proteínas, colágeno, ácido hialurónico, pantenol, aceite esenciales y péptidos, que funcionan como un regenerador del cabello, reconstruyendo desde la base hasta las puntas.
Hay que tener claro que, cuando el cabello ya fue quemado por malos procedimientos, no existe tratamiento ciento por ciento eficiente, pero, para los cabellos con trabajos de tintura, diseño de mechas u otros, este masaje es ideal, ya que previene el daño secundario.