De las muchas conductas de mis compatriotas hay muchas que rompen el hilo de mi paciencia, otras sólo me llaman la atención, una de estas últimas es una que suele repetirse una y otra vez: la crítica del chileno sin preparación, esa opinión tonta e injustificada con el único ánimo de destruir, todo, obvio, bajo la estela de la ignorancia.
Bla bla bla… cuando una persona ignorante abre la boca me da curiosidad por descubrir porqué mastica palabras sin decirlas totalmente, tira y tira argumentos sin ningún fundamento y se empecina en destruir u opacar a cualquiera que esté en su ojo próximo pero ciego.
Todo esto nace de lo común que me resulta leer u oír opiniones del personaje más detestable de nuestra sociedad: el “chaquetero” ese tipo “ratonil”, miserable y rastrero que no soporta el éxito de quien tiene al lado sin buscarle una crítica u opacarlo por algo.
Obvio que todo lo que comento quiero orientarlo al plano estético: un ejemplo clarísimo es cuando una chica sale del quirófano del cirujano plástico, delgada, formada y “levantada” por completo, es ahí cuando sus compañeras de oficina envenenan la lengua con: “con esa plata cualquiera poh”. O más claro aún, cuando por cosas del destino, el ánimo, un poco de presupuesto y las ganas de sentirse bellas lograron que su cabello, maquillaje y vestuario las hermoseara de forma básica pero precisa, tan bien se ven y sienten que se les nota en su sonrisa, pero basta el comentario amargo de otra para nublar el día.
Y ahí viene el análisis: la lengua ignorante es escuchada!!! Porque una cosa es una crítica constructiva de alguien que entiende del tema y otra, muy distinta, es prestar atención a esas lenguas torpes. Si deseas criticar, hazlo, pero con un gran conocimiento en el tema. Y como sé que pocas tienen noción exacta del tema estético es que me pregunto: ¿por qué opinan destructivamente?
Llevo tantos años escuchando sin querer y aún me sorprende cuando hablan de: “la guatona” cuando tienen grasa acumulada en varias partes; de la fea de la sección de Ventas, cuando sus rostros no son tan armoniosos… y en fin, vamos sumando.
Pero ya está, creo que todo viene de algún quiebre social donde el fracaso les marcó tanto que deben afirmar sus palabrotas en la crítica mal construida. En mi caso me siento tranquilo, cuando hay una perorata que se vaya en mi contra por alguno de mis trabajos u opiniones les invito a pensarlo bien, nunca escribo y nunca hago nada para lo cual no estoy 1.000% preparado, así que a prepararse para quedar como la mayor de las tontas si es que se obsesionan en tratar de defender lo indefendible.