EL DEPARTAMENTO EMBRUJADO

ahorcado-suicidioPara muchos los fantasmas, embrujos, santería y otras manifestaciones similares no suceden, en mi caso, no creía hasta que mi lado científico estuvo satisfecho en demostrar lo contrario; la lógica, muchas veces, no tiene gran explicación.

Hace muchos años atrás la mejor amiga de mi ex pareja nos invitó, feliz y orgullosa, a celebrar lo que ella había logrado con mucho esfuerzo: la compra de su departamento.

Durante años Valeria había trabajado duro para juntar el dinero del pie del que sería su nuevo hogar, ya le diría adiós a su vida completa de arrendar y botar su dinero en casas que no eran suyas. Ese esfuerzo no fue menor: turnos extra en su trabajo de vendedora en una reconocida multitienda en Santiago, vender toda la mayor cantidad posible de mercadería, bajar sus gustitos “extra” y muchos otros detalles que fueron agregando peso a peso el 10% que el Banco le pedía para entregar un crédito hipotecario, el pie de su gran sueño.

Un día cualquiera, caminando por las plazas de su villa, lugar donde ya arrendaba, vio un aviso en una ventana de un departamento de tercer piso, un papel SE VENDE y el contacto para poder comprarlo. Ansiosa, como lo hacía siempre, apuntó el número telefónico para informarse de las condiciones de venta. Y como era habitual, el lunes sin dudar llamó a ese número, su sorpresa y felicidad fue enorme: el inmueble en venta equivalía al porcentaje que tenía de ahorro más un pequeño crédito de consumo, sería dueña de un lugar para vivir toda su vida por un ahorro que ya tenía en el Banco. No podía estar más feliz.

Como era de esperarse y una vez firmados todos los papeles llevó rápidamente todos sus muebles y decoró a su manera el lugar. Corriendo de un lado a otro nunca notó lo apáticos que eran sus vecinos, de hecho, nadie la saludó, nadie le dio la bienvenida al pequeño y antiguo edificio de cuatro pisos. Valeria siempre se caracterizó por su enorme sonrisa y amable estilo de vida, sin duda algo pasaba, porque en las primeras ocho semanas nadie le buscó la cara para sonreír siquiera.

Y cuando comenzó el tercer y frío mes de invierno es que ella nos llamó para invitarnos una taza de café en su nuevo hogar; llegamos a eso de las 20:00 Hrs. de un fin de semana con dulces en la mano y felices de compartir con ella su alegría. Nos abrió la puerta algo sombría, se quejaba de dolores lumbares y jaquecas que no la abandonaban nunca pero que ella atribuía a exceso de trabajo en el nuevo hogar ya que debía pintar y arreglar algunos detallitos. Además, no podía conciliar el sueño porque varias noches sus vecinos de arriba generaban extraños ruidos.

Mientras mi pareja iba tras ella conociendo el lugar vi algo perturbador, de reojo y como que me atraía la mirada vi una imagen que pensé que era una pesadilla que apareció despierto, la que me obligó, incluso, a pestañear un par de veces para convencerme que era cierto: a la izquierda, meciéndose en el  marco de la puerta de la cocina vi unas piernas que se movían al mismo ritmo como si las moviera el viento, un cuerpo lucía ahorcado, tambaleando y dando estertores de electricidad, esa que aparece sólo cuando el cuerpo muere con dolor. Su piel estaba arrugada y seca, como caspa que recubría todo lo visible, expuesto en la camisa abierta que demostraba la soga que presionaba el cuello. Nunca olvidaré esos ojos llenos de sangre y plasmados de miedo, sentía en mi corazón y mi mente su petición de ayuda y el sentimiento de confusión y miedo. Instintivamente cerré mis ojos pero la imagen volvió a aparecer, bajé la cabeza y sentí un mareo muy fuerte, ese miedo y ese pánico a la muerte me aplastaba la cabeza, tanto que me tuve que sentar.

Ese café no pasaba nunca, miraba el reloj de la pared con ansiedad, sólo quería salir de ese departamento embrujado. Mientras, Verónica nos contaba que todas las noches sus vecinos de arriba arrastraban cadenas que la despertaban y no la dejaban descansar, siempre a la misma hora 03:00 AM

miedo.humanoLlegando a nuestro departamento guardé silencio, no quise contarle nada a nadie para no asustarla y mucho menos llamarla para contar lo que vi, imágenes sin explicación lógica, y pensé en meditar antes de hablar. Sin embargo, una semana después, la compra de Verónica estaba en venta: la misma noche en que fuimos a visitarla sintió movimiento en su departamento, encendió su reloj para ver que eran las 03:00 AM y, al levantarse a mirar afuera se dio cuenta que los muebles de la sala de estar estaban en el comedor y viceversa. Su miedo se transformó en pánico y salió corriendo a casa de su hermana.

A la noche siguiente, acompañada de su hermana, pudo constatar que saliendo por el baño y en dirección a una habitación un hombre caminaba sudoroso y cabizbajo, triste y enfermo, giró su cabeza y de sus ojos caían lágrimas de sangre, esa imagen fue suficiente para huir definitivamente de ese departamento.

Ese día de mudanza, su vecina que estaba en frente al fin atravesó, a pedir una disculpa por el silencio y la grosería de no presentarse, pero dio una explicación llena de temor: “No queríamos contarle que en ese departamento fue asesinada una mujer por las manos de su esposo, acuchillada y desangrada en la cocina… mismo lugar donde, preso de la locura, el arrendatario que vivió ahí, al tiempo después, se suicidó producto de la pena que tuvo que vivir cuando su esposa murió de una dolorosa y larga enfermedad; desde entonces que este departamento se encienden las luces a las 03:00 AM y se escuchan ruidos extraños”

Verónica vendió en nada de dinero su orgullosa compra, sin decirle nada a la empresa corredora de las terribles imágenes que ahí se observan de madrugada. En mi caso, nunca más quise sentir los brazos con los vellos de punta que me generaba estar cerca de ese lugar, un verdadero departamento embrujado.

Mau

 

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