Hay muchos mitos al respecto y, sobre todo, creencias y antiguas como que si te lavas el cabello a diario hace mal. De esto se trata este artículo de explicarles cómo se realiza un correcto lavado de cabello.
Hay clientas que les han dicho en otras peluquerías que la temperatura del agua va a depender de qué químico fue aplicado en el cuero cabelludo, ya que, a mayor untuosidad más alta debe ser la temperatura del agua. Eso es falso.
La única temperatura que debe existir para higienizar el cabello es tibia y tiene un fundamento científico que no se puede negar: si es demasiado fría no se consigue eliminar la grasa que tiene el cuero cabelludo (la que está en exceso por supuesto) Pero, por el contrario, cuando la temperatura es excesivamente alta lo único que lograrán es que el cuero cabelludo genere aún más grasitud.
Otro factor en contra es que a bajas temperaturas excesivas podemos acarrear enfermedades crónicas como sinusitis u otras ya que el cráneo no está preparado para regular ese frío y convertirlo en una temperatura sana e ideal; lo segundo es que el alto calor en el agua reseca el cabello, sobre todo las puntas. Sea como sea la tibieza es lo más recomendable.
Y EL BRILLO POR AGUA FRÍA ¿ES UN MITO?
Y ya que estamos quebrando mitos debo aclararles un comentario muy regular, que el último enjuague de cabello sea con agua fría para que quede más brillante. Y es cierto, pero no es necesario que le den largos minutos de agua en el cabello, basta con que ese chorro pase unos tres segundos. El brillo del cabello por frío se debe a que luego de que te has puesto champú y acondicionador, el agua fría cerrará tus cutículas, fijará el acondicionador y le dará a tu pelo una dosis extra de brillo.
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